sábado, abril 28, 2018

MARKETIN' 1.1.

Me despierto temprano después de una noche de caída,  risas,  cena y copa (en ese orden) con una grata compaňía y un outfit de lo más chic (absolutely in love with my New Shoes.  Sí,  en mayúsculas.  Ellos se lo merecen).
Despertarse no es igual a levantarse.  Eso me cuesta 2 horas y media aproximadamente.
Por fin me levanto y activo el PROTOCOLO SÁBADO DOMÉSTICO, consistente en: ducharse, vestirse, salir, desayunar, hacer recados, conocer a random people y contarle tu vida e ir a hacer la compra (agujero negro donde los haya).
Después de que se me pase el número de la charcutería por tres veces,  de dar ocho vueltas al mismo pasillo cual perro que se quiere morder la cola buscando el exfoliante,  y de esquivar hordas de familias cuyo entretenimiento es venir el fin de mes al súper a tomar el aperitivo,  por fin consigo salir del hiper con una compra digna de una madre de los 80, tabla de planchar,  tendedero y planta incluídos.
Pero yo debo de ser una madre de los 80 de las que se iban de concierto a La Movida... No tengo comida preparada... Ni ganas de prepararla,  por mucho que lleve las alforjas llenas de la comprar del mes...  Paso,  súperpaso e hipermegapaso.
Me fijo que en el bar de debajo de mi casa,  que por lo que se ve ha cambiado de dueños,  hay una pizarrita que anuncia pollos a la leňa... Me animo.  Pido medio pollo y unas papitas.  Cuando veo que la chica se dispone a pelar el tubérculo,  decido ir subiendo la compra mientras me hacen la comida (recién hecho,  nivelazo...  pero no tienen la "mesenplás" esa de Masterchef preparada....uyuyuy)...
Me da tiempo de subir y bajar dos veces. Ya no me queda nada en el coche, así que me espero allí mismo mientras terminan de soplarme el pollo con la cabeza y medio cuerpo metidos dentro del horno de leňa,  mientras además van abanicando con un cartón... Que digo yo,  que igual me ha entendido mal y aparte del pollo a la leňa,  están preparando camarera a la leňa... No sé...
Por fin me dan mi paquetito,  les pago súper agradecida porque me han salvado el almuerzo de las 4 de la tarde de madre de los 80 movida,  y la respuesta de la amable y encantadora camarera es: sí,  está bueno y todo.  Nosotros lo probamos antes. Qué elección de palabras más desafortunada para presentar tu producto.
Pero sabes qué.. Quitando el ahumado carcinogénico,  acompañado de vaho de la susodicha empleada de la restauración,  ¡estaba bueno y todo!

Besis avícolas. 
Geisha (buena y todo)

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