jueves, febrero 16, 2017

Algo se muere en el alma

Qué egoísta es la tristeza, que nos hace pensar más en nosotros que en ningún otro.

Qué egoísta,  que el que se va y nos deja,  nos deja tristes y solos,  con un palmo de narices y pensando en qué hemos hecho mal para merecer este abandono.

Qué egoísta,  que primero pensamos en nosotros,  en qué vamos a hacer ahora,  y después ya se nos va ocurriendo en a quiénes más deja atrás esa luz que antes iluminaba y ahora solo deja sombras.

Aunque esa parte es un poco hipócrita,  la de "no somos nadie",  "a vivir, que son dos días", "qué injusticia",  "te acompaño en el sentimiento", "descanse en paz"...

¡Pues no!

¡No te acompaño en el sentimiento!  El sentimiento es mío y es de tristeza, de vacío,  de incertidumbre, de rareza, de incredulidad...

¡Sí somos alguien! Y lo injusto no es que nos vayamos,  eso es "ley de vida"  ya sea de uno u otro modo.  Lo injusto es que  sabiendo lo que va a suceder,  no le saquemos más partido a esta vida nuestra a la que sólo le damos migajas de lo que podría ser,  con la promesa de que algo bueno llegará mientras pasamos apenas tiempo con los nuestros,  con nosotros mismos, y repetimos día a día las mismas rutinas que consumen los pocos minutos de vida que nos quedan.
Y lo injusto es, que maňana seguiremos igual,  porque no conocemos otra cosa,  ni tampoco es que nos podamos permitir mucho más.

Así que,  en esta vida de esclavos,  me aferro a mi tristeza,  a mis ojos que lloran hacia dentro,  a mi corazón acongojado, a mis recuerdos bonitos,  a mis "gracias por haberte cruzado en mi vida".  Aunque apenas fueras una conocida,  dejaste huella en nosotros y,  sin quererlo/pretenderlo /forzarlo, nos marcaste un rumbo,  el del cariňo y el respeto a nuestros hijos.

Gracias. 
Espero que tu viaje haya sido bonito y que en tu nuevo destino ilumines con esa luz tan maravillosa nuevos caminos de cosas muy buenas.

Gracias por los conocimientos y el cariňo.
Gracias por compartir anécdotas.  Incluso las de los indios vagos. Especialmente las de los indios vagos.
Gracias por responder siempre,  a cualquier hora y a cualquier cosa. 
Gracias y buen viaje.

Como dirían los mexicanos, "que te vaya bonito". 

Un abrazo fuerte para ti,  y otro para los que nos quedamos lamentándonos de nuestra mala suerte por haberte perdido. 

Pero te diré un secreto: estamos muy contentos de haberte conocido.