lunes, abril 30, 2018

LA CERTEZA DEL CARIÑO

Yo,  persona particular donde las haya, he de reconocer que soy afortunada de estar rodeada y de tener a la gente que tengo.

A ver,  una persona que:
- No sabe cocinar. Es más,  el riesgo de incendio doméstico es alto. Por resumir,  la vena doméstica está ausente (planchar,  ser cuca con cosas como cortinas,  tazas y platos iguales,  sábanas de flores y no de Spiderman...)

- Es desorganizada,  en general,  a grosso modo y a gran escala. Véase: taza de café en el armario,  pinturas de uňas en el congelador (ah no,  esa es la hermanísima),  zapatos por doquier,  ropa everywhere,  tickets de compras desde el año cero...

- Lleva el coche como si viviera en él,  y encima tuviera Diógenes. Y además , lo aparca "al toquito"  y en lugares inventados.

- Recuerda nombres y caras "al tuntún", y encima se permite el lujo de llamar por el nombre de pila a la gente,  con toda la seguridad y aplomo del mundo,  cuando en realidad la situación es más del tipo "creo que se llamaba...".

- La puntalidad es una asignatura pendiente.

- Suelo tirar,  romper,  perder cosas aleatoriamente... Y no digo nada para que no me peleen... Me compro otro igual... Ssshhh.

- Encima soy impaciente... Y mandona... Y me creo que soy guapa y todo,  jajajaja

- podría seguir,  pero tengo memoria selectiva, la memoria a corto plazo alterada y... Ya no me acuerdo de lo que iba a escribir...

- (...) Espacio en blanco,  por si alguien quiere aňadir algo

Todo esto para decir que tengo la certeza de que la gente que me quiere,  lo hace genuinamente,  porque ni propiedades inmobiliarias,  ni cualidades que no sean sociales,  pero soy buena gente,  y más que sea un rato entretenido pasamos.

Besis a todos los sufridores, que con lo de esta maňana he oído por lo menos 3 aymimadres en mi cabeza. 
"sus" quiero desgraciadetes de mi "corasao".

Geisha genuina.

sábado, abril 28, 2018

MARKETIN' 1.1.

Me despierto temprano después de una noche de caída,  risas,  cena y copa (en ese orden) con una grata compaňía y un outfit de lo más chic (absolutely in love with my New Shoes.  Sí,  en mayúsculas.  Ellos se lo merecen).
Despertarse no es igual a levantarse.  Eso me cuesta 2 horas y media aproximadamente.
Por fin me levanto y activo el PROTOCOLO SÁBADO DOMÉSTICO, consistente en: ducharse, vestirse, salir, desayunar, hacer recados, conocer a random people y contarle tu vida e ir a hacer la compra (agujero negro donde los haya).
Después de que se me pase el número de la charcutería por tres veces,  de dar ocho vueltas al mismo pasillo cual perro que se quiere morder la cola buscando el exfoliante,  y de esquivar hordas de familias cuyo entretenimiento es venir el fin de mes al súper a tomar el aperitivo,  por fin consigo salir del hiper con una compra digna de una madre de los 80, tabla de planchar,  tendedero y planta incluídos.
Pero yo debo de ser una madre de los 80 de las que se iban de concierto a La Movida... No tengo comida preparada... Ni ganas de prepararla,  por mucho que lleve las alforjas llenas de la comprar del mes...  Paso,  súperpaso e hipermegapaso.
Me fijo que en el bar de debajo de mi casa,  que por lo que se ve ha cambiado de dueños,  hay una pizarrita que anuncia pollos a la leňa... Me animo.  Pido medio pollo y unas papitas.  Cuando veo que la chica se dispone a pelar el tubérculo,  decido ir subiendo la compra mientras me hacen la comida (recién hecho,  nivelazo...  pero no tienen la "mesenplás" esa de Masterchef preparada....uyuyuy)...
Me da tiempo de subir y bajar dos veces. Ya no me queda nada en el coche, así que me espero allí mismo mientras terminan de soplarme el pollo con la cabeza y medio cuerpo metidos dentro del horno de leňa,  mientras además van abanicando con un cartón... Que digo yo,  que igual me ha entendido mal y aparte del pollo a la leňa,  están preparando camarera a la leňa... No sé...
Por fin me dan mi paquetito,  les pago súper agradecida porque me han salvado el almuerzo de las 4 de la tarde de madre de los 80 movida,  y la respuesta de la amable y encantadora camarera es: sí,  está bueno y todo.  Nosotros lo probamos antes. Qué elección de palabras más desafortunada para presentar tu producto.
Pero sabes qué.. Quitando el ahumado carcinogénico,  acompañado de vaho de la susodicha empleada de la restauración,  ¡estaba bueno y todo!

Besis avícolas. 
Geisha (buena y todo)

sábado, abril 14, 2018

VESTIDOS VS EXPECTATIVAS

Antes tenía un trabajo en el que tenía que llevar uniforme,  no era obligatorio,  pero, viniendo de un colegio en el que era casi como una segunda piel,  francamente,  era una comodidad no tener que pensar en qué ponerte cada día. Let alone hair and make up: coleta,  cubreojeras,  labial y listo.

Con el cambio de trabajo vino el cambio de guardarropa,  y la ropa de los domingos se convirtió en el nuevo uniforme.
Para una mente consumísticamente calenturienta como la mía fue a la vez una bendición y una maldición: tanto económica como psicológica.

Además de esclava del "qué me pongo",  he desarrollado el "cuándo me lo pongo". 
Sales a trabajar y lo tienes más o menos claro,  estilo casual,  algún día más grunge,  otro más rockero,  pero arregladita.
Sales con las amigas y bueno,  ahí te explayas más... Depende del día,  del sitio,  pero ya prima lo fashion.

Pero, ¿y en una cita?
Sobre todo en una primera cita...
Tiras la casa por la ventana y te pones las joyas buenas y todo... O sales estilo amigas pero un poco más...
Porque,  claro... Puede que haya una segunda cita y has puesto el listón así de alto,  y luego hay que mantener las expectativas...
O puede que sea la única oportunidad que tienes de dar una primera impresión y que te pases la cena pensando que te tenías que haber puesto el otro outfit...

Yo en mi última primera cita fui con vaqueros y botas de agua... A ver, es que estaba cayendo la del pulpo... Aún me lo están recordando.

Quiero opiniones... Es para una amiga...
Besis mentirosos.

sábado, abril 07, 2018

OPA GEISHA STYLE!

Lo de "en mi línea"  ya empieza a ser trademark...
Comienzo la semana con un golpe al car (otro), esta vez dado por mí... En plan besito en las nalgas,  travieso pero no doloroso.  Eso sí,  con parte amistoso a posteriori,  no sea que la vayamos a tener y menos en el barrio,  the hood para los amigüis.

De segundo,  tenemos exhibición de ropa interior a los cuerpos de seguridad del butano.  Lo que viene siendo, el butanero me ha visto las bragas.  Cuáles.  Todas. Bueno,  más bien las bragafajasdebridgetjones que tenía tendidas dentro, para que no las viese nadie,  justo al lado de la bombona de butano que el buen hombre vino a cambiar. Classy.

De postre, les ofrezco una combinación lúdico -festiva de "me quiero ir de fin de semana con el peque,  consigo billetes,  hago un corre-corre durante la maňana del viernes,  que ni Flash con ganas de hacer pis,  para llegar a todos sitios y hacer todas las cosas"... Para que al final,  in the end,  después de que recoja al niňo, tarde, lleguemos aeropuerto, in extremis,  subamos al avión, como debe ser... Nos cancelen el vuelo porque falla un motor, nos reubiquen en otro vuelo,  nos cancelen el susodicho porque en realidad es el mismo avión,  que aún no ha sido arreglado, porque el mecánico no ha llegado,  porque ni siquiera está por aquí,  que lo traen en avión de no sé dónde... Que como venga con esta misma compañía, ya te digo yo que no llega...  Así que me cojo el niňo, la mochila y el coche y tiramos para casa,  a aplicar el PLAN P: palomitas,  peli y pizza (y pinta para mami) y que ya salimos maňana en el de las 8 ei.em.

Y el "licolcito" ?
Pues que me he despertado a las 3.30 am con la cosa de si me quedaba dormida para coger el avión.  Que me he vuelto dormir a las 4 y pico y que sí,  que me he quedado dormida.
Por inspiración divina he abierto los ojos a las 7, he estresado al niňo,  a los vecinos y a los perros de los vecinos,  porque el embarque era a las 7.30 tope.  Vaquero,  tenis,  niňo,  mochila,  llaves del coche.  Coche.  Mierda cartera, deneises.  Subo 4 pisos en dos pasos.  Encuentro cartera a la séptima.  Bajo en paso y medio.  Coche,  carretera,  aeropuerto,  aeroparking.  Le lanzo las llaves al chico del aeroparking sin rellenar,  firmar,  ni llevarme copia de nada.  Subimos corriendo a mostradores.  No hay nadie.  7.35. Busco a alguien.  Vuelo cerrado y muchos blablablás que te dicen cuando te están contando que nanai de la China.  Niňo convence a seňora de que le deje pasar.  Nos dan tarjeta de embarque.  Pasamos control de seguridad. Dos cosas :
1. Al niňo le salta el aleatorio de seguridad.
2. El niňo,  amor de mi vida al que me comería varias veces al día por distintas razones,  ha metido,  por segundo día consecutivo,  las tijeras en su mochila de juguetes.
No llegamos.
Corremos.
Llegamos.
Nos colamos,  que para eso somos "familia con niños",  aunque seamos niňo y yo y tengamos más cara que espalda...  De tal palo...

Así que aquí estoy,  en destino,  escribiendo desde la sala de espera de un centro de belleza que la hermanísima me ha regalado por el cumple.  Regalazo,  sobre todo para una semana como la mía... Aunque mis semanas son más o menos siempre así,  en mi línea...

Besis de Geisha pensando/rezando que el chico al que le di las llaves del coche,  sea realmente del aeroparking.
Buen finde.

domingo, abril 01, 2018

EXPERIENCIA RELIGIOSA O CÓMO TERMINAR UNA SEMANA SANTA ATÍPICAMENTE.

Después de una semana de:
Playa.
Más playa.
Cerveza.
Más cerveza.
Amigos.
Falta más tiempo con los amigos.
Me arrastro a regañadientes desde la playa, encroquetada como si me dieran un euro por cada grano de arena que llevo pegado,  hacia mi coche (lleno de tierra como si le valiese madre que lo limpié hace 5 días... Por dentro y por fuera... No tengo visión de futuro doméstico automovilístico).
Llego a mi casa, la saludo,  recojo lo poco que he desordenado esta semana de ausencia del hogar y decido entre si preparar las cosas de la semana antes o después de ducharme el cuarto kilo de playa que llevo encima...
Después. 
Como me baňe ahora,  me bajo del mundo hasta maňana... O pasado.

Así que,  manos a la obra. 
Recoge ropa (¿del martes?).
Tiende lavadora (puede que sea de ayer?).
Pon lavadora.
No pongas en marcha la lavadora que no hay sitio para tender.
Recoge todos los zapatos,  chaquetas,  pantalones,  camisetas que vayas encontrando por la casa y acumúlalos en un único lugar... Para que parezca que hay menos y para que estén más cerca de ser ubicados en su sitio.
Vete a preparar la comida de la semana (no le he cogido el tranquillo a esto de cocinar y congelar como las madres... ¡Pero hoy es 1 de abril y seguro que este mes me sale!).
Corta verdura.
Guisa verdura.
Muele verdura.
Va a ser una semana muy vegana.
Saca pescado (vaya,  congelado, habrá que esperar).
Haz una pasta o un arroz o algo de eso que no implique ensuciar mucho, que luego hay que limpiar,  ni prenderle fuego a la cocina... Para eso me tendré que quedar aquí sin moverme,  vigilando al fuego traidor.
Me asomo a la ventana de la cocina como una lugareňa. Justo a tiempo para ver pasar a la grúa... Y a la policía...
Veo una hermosa luz cargada de imágenes de la poli llevándose mi coche mal aparcado.  Donde siempre,  pero mal aparcado.  Donde aparca todo el mundo, sí.  Pero mal aparcado.
Veo una secuencia de grúa,  coche,  lunes sin coche,  trabajar lunes sin coche,  yo explicando a los jefes que no tengo coche,  ni puntos del carné,  ni dinero para pagar la multa...
Salgo corriendo,  dando gracias por mi vena cotilla (como la vecina que habla mucho) ,  por mi vena cochina ( por no ducharme al llegar) y por mi cara dura,  que me permiten pasar delante de los vecinos,  la grúa,  la poli,  meterme en mi coche sacarlo pitando de allí,  mientras ellos están entretenidos fotografiando y preparándose para llevarse otro coche que bloquea la salida de dos vecinos...

Besis de Thelma (o Louise)  a la carrera.
Geisha pasada por Semana Santa.